Hola a todas
y a todos, me llamo Enric, soy miembro de la Xarxa Catalana i Balear
de Suport a la Querella Argentina y vengo a hablaros de la
importancia de esta querella.
La relación
de la querella argentina con el aniversario que se celebra hoy aquí,
en la que fuera plaça de la República, cuyo nombre hemos de
restituir, es más que evidente. Solo recordar que las primeras
querellas se presentaron un 14 de abril de 2010 en Buenos Aires.
La Memoria
ha sido, y es hoy más que nunca, un instrumento de lucha contra el
gran déficit democrático que nos impuso una transición a dictado
del que sigue acaudillando un sistema corrupto, fascista en su
recorte de derechos y libertades, que no es otro que Franco y la obra
que nos legó. Consecuencia de esto es un estado sin una real
separación de poderes, no hubo división ni con la Iglesia, que ha
mantenido y aumentado su cuota de poder político y económico. Ni
con una justicia, que no es que no haya sido rupturista con la
dictadura, sino que ni tan siquiera ha sido renovada, ni depurados
sus miembros adeptos al régimen. Con una gran parte de la judicatura
en manos del Opus y con la fiscalía a las órdenes del gobierno de
turno PP-PSOE. Con este panorama los que reclamamos verdad, justicia
y reparación nos vimos en un callejón sin salida. El bipartidismo
se constituyó en el guardián y garante de las leyes de impunidad y
punto final, como la de Amnistía del 77 y la mal llamada Ley de la
Memoria, 30 años después, una afrenta a las víctimas del
franquismo y la Transición.
Ante este
tétrico escenario de la negación constante y después de llamar a
todas las puertas habidas y por haber, no quedó más alternativa que
acudir a la justicia internacional y hacerlo en Argentina. La primera
piedra la puso nuestra abogada Ana Messuti junto a otro jurista
argentino cuando cursaban su doctorado en Salamanca. Hemos de
reconocer el empuje de los primeros querellantes y el compromiso
desinteresado de los abogados a los que estamos muy agradecidos.
¿Por qué
allí? porque es un país que se enfrentó con su historia reciente,
gracias a la presión de los movimientos sociales de defensa de los
derechos humanos, utilizando la justicia como instrumento. Una
república que ha derogado la ley de obediencia debida como refugio
de asesinos de la dictadura y que los ha sentado en el banquillo, por
ello es un modelo a seguir y la prueba evidente de que sí se pueden
cambiar las cosas. Si se pudo modificar la santísima constitución
para vendernos al capital, los mercados y la especulación, también
se podrá hacer para reparar a tantas y tantos torturados,
desaparecidos, violadas, expoliados, encarcelados en prisiones y
campos de concentración, a sus hijas e hijos robados, exiliados,
deportados a centros de exterminio, a toda y todo antifascista,
disidente, diferente. Todas estas víctimas de crímenes de lesa
humanidad que no han prescrito y que no quieren estar sujetos a
reconciliaciones nacionales, ni a perdones, ni a olvidos para
tranquilidad de los verdugos, sometidos a conceptos propios de un
marco religioso, no de un estado de derecho, donde estas cuestiones
se dirimen ante la justicia, estas víctimas no pueden seguir siendo
menospreciadas y ninguneadas.
La querella
argentina sigue sus pasos, pueden ser pequeños pero son firmes,
tenemos una jueza que sigue adelante como Servini de Cubría, tenemos
fiscal, tenemos abogados que trabajan para acabar con esta
injusticia, tenemos centenares de querellantes en el estado español,
centenares de denunciantes en los consulados argentinos, miles y
miles de adhesiones de personas de todo el mundo. Hemos avanzado con
las ordenes de extradición, pues aunque el gobierno se niegue a
cumplir los convenios que le obligan a ello, personajes como Martín
Villa, denunciado por los hechos de Vitoria del 3 de marzo del 76, de
torturas cuando era gobernador civil de Barcelona, un hombre que ligó
su currículum a la lavadora de la Transición. Un insigne falangista
que ostenta actualmente, entre otros cargos y tras un largo periplo
de consejos de administración, la presidencia honorífica de Endesa
y un cargo como consejero de la Sareb, banco malo, para entendernos,
cuál iba a ser si no, no pueden salir del país. En la lista de
extraditables tenemos también al franquista Utrera Molina,
suegrísimo del retrogrado Gallardón, que si le dejaran entraría a
caballo en este espacio y nos correría a golpes de bandera
rojigualda, aguilucho y sable, acusándonos de rebelión.
Así, poco a
poco, vamos dejando en evidencia internacional y estatal a quienes
siguen argumentando que los crímenes cometidos a partir del 17 de
julio de 1936 son una cuestión interna, ya resuelta con la monarquía
constitucional y su democracia de baja intensidad. Ellos piensan que
los que nos hemos reunido aquí hoy para celebrar los valores
republicanos somos una minoría resentida, anclada en el pasado, en
el rencor y en la mentira histórica, porque no nos hemos doblegado
ante los que mataron a la legítima y legal República y a sus amadas
hijas e hijos, a los nuestros.
Seguimos
luchando en los tribunales y en la calle y contamos con vuestra ayuda
para poder vencer.
¡Salud y
República!
No hay comentarios:
Publicar un comentario