lunes, 30 de marzo de 2015

ANA MESSUTI A LA CONCENTRACIÓ DE LA MESA DE CATALUNYA D'ENTITATS MEMORIALISTES



Volem agrair a l'advocada de la querella argentina Ana Messuti la seva presència i participació en la nostra concentració i l'esforç que va fer per compartir dues hores de veritat, justícia i reparació amb nosaltres.




Argentina tiene un día festivo, el 24 de marzo, para recordar y honrar a las víctimas de la dictadura de Videla. En el estado español tenemos 365 días de olvido y humillación para todos los antifascistas que padecieron la represión de los golpistas asesinos. En la memoria de todos los desaparecidos leemos estos poemas.

Ana Messuti leyó estas poesías con gran emoción, como persona afectada por la dictadura argentina y porque Gelman es su amigo. Este año no pudo leer en Buenos Aires los nombres de sus compañeros desaparecidos, esperamos que nuestro pequeño homenaje le haya resarcido en parte. Gracias Ana.

Despedida, poema de Marcelo Gelman, desaparecido en 1976 e hijo del poeta Juan Gelman.




                                                         Marcelo y su compañera.


Me despido de este país.
Me despido de mis amigos,
de mis enemigos.
Amigos.
Sólo quiero recordarles
que no dejen de ser
mis amigos.
Sólo quiero recordarles
que no me olviden
a la marcha del tiempo,
a la marcha del tren
en que me vaya
que borran las huellas de la
amistad lejana.

Poema de Juan Gelman a su hijo Marcelo, desaparecido junto a su mujer embarazada. En 1989 su cuerpo fue encontrado dentro de un tambor de 200 litros relleno de cemento y arena con un tiro en la nuca (los restos fueron exhumados por el Equipo Argentino de Antropología Forense).

Estas visitas que nos hacemos,
vos desde la muerte, yo
cerca de ahí, es la infancia que pone
un dedo sobre el tiempo y dice
que desconocer la vida es un error.
Me pregunto por qué
al doblar una esquina cualquiera
encuentro tu candor sorprendido.
¿El horror es una música extrema?
Las penas llevan a tu calor
cantado en lo que soñaste,
las casas de humo donde vivía el fulgor.
De repente estás solo.
Huelo tu soledad de distancia
obediente a sus leyes de fierro.
El pensamiento insiste en traerte y devolverte
a lo que nunca fuiste.
Tu saliva está fría.
Pesás menos que mi deseo,
que la lengua apretada del aire.

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