Estos últimos meses hemos estado escribiendo cartas a nuestras víctimas, cartas llenas de verdad, justicia y reparación, de emoción, llenas de valores humanos, republicanos, revolucionarios porque es humano rebelarse contra la injusticia, es un deber y un derecho. Este epistolario de amor y respeto a nuestras víctimas del franquismo y la transición constituye un homenaje a su compromiso, su coraje, sus ideas, sus vidas y sus sueños.
Mientras nosotros nos dedicamos a defender los maltrechos derechos humanos con la palabra, otros se dedican a escribir cartas envenenadas que atacan a la dignidad de nuestras víctimas, que ponen de manifiesto que la serpiente del estado sigue poniendo sus huevos de miseria moral, sigue reptando sibilina defendiendo el legado del dictador y muerde a quien quiera derribarlo inoculándole el veneno del estigma social. Es la misma centenaria sierpe guardiana de la injusticia que ahora muda su piel bicolor a ritmo electoral bajo el signo de la corona.
La carta pretoriana de los expresidentes del Reino de España y de los sindicatos del Régimen pone de manifiesto que vivimos en estado permanente de desvergüenza. Es una carta no de apoyo a Martín Villa es una misiva para defender el cortijo de la transición, salvar sus muebles y blindar a sus señoritos y capataces. Las loas infectas hacia el que fuera falangista de pro, cargo público en dictadura y transición, hombre rico por la gracia de la puerta del eterno giro en pago a los servicios prestados, no se puede tildar más que de miserable.
Pero estas cartas del oprobio ponen en evidencia la fragilidad del sistema, demuestran que la querella argentina más allá de su resultado final es un instrumento valioso de justicia y democracia, tanto es así que en éstas hay un intento de intimidación a la jueza Servini. Con este apoyo a uno de los suyos han querido enseñar el prepotente pero fláccido músculo patrio a una República independiente desde 1816, que sí hizo sus deberes tras sufrir una dictadura.
Alabar a Martín Villa es sustentar el Régimen del 78 al que sus excargos se aferran como a tabla de salvación en medio de la tempestad fruto de la semilla de rabia, que ellos en su eterna arrogancia siguen sembrando. Un amenazante maremoto antimonárquico y antifranquista, porque en el 2020 todavía es necesario luchar contra los vicios de la dictadura. Estas cartas nos han enseñado las ajadas bambalinas que tras el escenario de la pseudodemocracia española anuncian el desgaste de sus tramoyas y esperamos que la caída definitiva del telón. Mientras el estado se pone la medalla haciendo gala de su generosidad no impidiendo esta vez la declaración de Martín Villa, nosotros denunciamos sus crímenes.
Hoy acusamos a Martín Villa, pero también a González, Aznar, Zapatero y Rajoy como artífices, autores necesarios, cómplices y encubridores de la impunidad, que tanto daño sigue causando a víctimas y familiares. Hoy denunciamos su indecencia y les decimos como les dijimos a quienes ellos siguen amparando que no pasarán.
No sólo a los ex-presidentes y ex-secretarios de los dos grandes sindicatos nacionales, también al estado español (cuyo máximo exponente es la corona) por seguir siendo a día de hoy, encubridores del genocidio. Por supuesto también a los actuales partidos pro-constitucionalista (PSOE, PP y Cs) por ser actores necesarios en el encubrimiento.
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