Después de todo lo acontecido en la última semana nos vemos en la obligación de compartir este comunicado con tod@s vosotr@s, en realidad unas palabras de apoyo a la Causa 4591/10 y a su jueza instructora María Servini a la que tan agradecid@s estamos.
El pasado día 4 de octubre nuestro compañero de Causa y querellante en la República Argentina Gerardo Iglesias se dirigió a los juzgados de Oviedo acompañado por nuestra abogada Ana Messuti, haciendo un gran esfuerzo dado su estado de salud, para declarar. No pudo hacerlo porque una instrucción de la Fiscalía coaccionó a la jueza que debía dar cumplimiento al exhorto enviado desde el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 1 de Buenos Aires, incumpliendo así el desempeño de sus funciones, que no está subyugado a los requerimientos de la Fiscalía. El documento presentado como excusa para intentar frenar las declaraciones de víctimas y sobre todo de victimarios es un documento político vergonzoso presentado al dictado del Gobierno. Todo ante el miedo a que aquellos, que según el ministro Fernández Díaz perdimos la guerra queramos ganarla a través de la Justicia Universal que tan generosamente nos ofrece la República Argentina. Es la triste treta con los argumentos de siempre, Ley de Amnistía y Constitución-reconciliación, para no ver sentados en el banquillo a aquellos que sirvieron con devoción en dictadura y en "democracia" sin renegar de su pasado, sin dar cuentas por sus crímenes de lesa humanidad, que volvemos a recordar, no prescriben por mucho que le duela al Gobierno y a sus Ministerios.
Llegados a este punto y echando la vista atrás, desde el 2010 la denominada Querella argentina ha dado muchos pasos y tenemos la certeza de que todavía tiene mucho que recorrer. En este largo caminar, el estado español nos ha puesto muchas piedras en nuestra senda de verdad, justicia y reparación que hemos ido sorteando de la mano de la jueza Servini. Piedras como la negativa a las declaraciones por vídeo-conferencia, la denegación de las extradiciones, la fiscalía defendiendo los intereses de reconocidos torturadores. Pero eso no nos desanimó y la lista de querellantes y denunciantes fue creciendo y sigue haciéndolo. La cara de Ascensión Mendieta ante la esperanza de poder enterrarse junto a los huesos de su padre que tantos años permanecieron en una oscura fosa. Las caras de todas nuestras compañeras y compañeros al salir de los juzgados españoles después de declarar tras los requerimientos de la jueza Servini. Esos rostros satisfechos de poder relatar ante la justicia del Reino de España todo lo que sufrieron ellos o sus familiares, aunque no sea el estado español el que les brinde la oportunidad de hacer justicia, en su eterno aferrarse a la impunidad que ofrecen al franquismo. El balance es más que positivo porque veníamos de la más absoluta nada.
Hasta que un gobierno democrático no tenga el valor y la dignidad de eliminar la Ley de Amnistía y los pactos de la Transición, que con el paso del tiempo a menos personas representa, tal como hizo la República Argentina con su ley de punto final, que permitió juzgar a los criminales de la dictadura militar. Hasta que las víctimas de los que a través de las armas derrocaron la legalidad democrática republicana e instauraron una dictadura y las bases de nuestros déficits democráticos no tengan voz. Hasta que los derechos de las víctimas, 80 años después del golpe de estado, no sean reconocidos no podremos hablar de Justicia, la que se imparte en los juzgados, no en otros foros donde ilegítimo sustituye a ilegal, perdón a verdad y reconciliación a reparación.
Por eso nos ratificamos en esta Causa, depositamos toda nuestra confianza en la vía argentina como única opción de justicia hasta la fecha para las víctimas del franquismo y la transición. Agradecemos a la jueza María Servini su dedicación y esfuerzo y le pedimos que siga siendo la valedora de nuestros derechos como hasta ahora, con la total independencia que ha caracterizado su labor.
A las juezas y jueces del estado español pedirles que sean fieles a su juramento o promesa de su cargo y obligaciones entre las que se encuentra la independencia.
Seguiremos trabajando en el marco de esta Causa por y para las víctimas y sus familiares esperando que un día el rencor o el miedo de los legisladores no impidan acabar con la impunidad de los verdugos.
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