Víctimas de las torturas de 'Billy el Niño' relatan frente a la Audiencia Nacional sus experiencias con el ex inspector de la Brigada Político y Social
Luis Miguel Urban, víctima del franquismo, frente a la Audiencia Nacional.-ALEJANDRO TORRÚS
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Parecía que el día nunca iba a llegar, pero llegó. Alrededor de 100 activistas por la memoria histórica
y victimas de la dictadura han acudido esta jueves a la puerta de la
Audiencia Nacional para apoyar la causa abierta en la Justicia argentina
que investiga los crímenes de la dictadura. Para muchos de ellos, este
jueves era un día señalado en rojo en el calendario. Tenía que sentarse frente al juez Ruz
el ex inspector de la Brigada Político y Social Antonio González
Pacheco, alias 'Billy el Niño', y el ex Guardia Civil Jesús Muñecas. La
"cara de placer al golpear", los "insultos" y "las técnicas de tortura"
del ex inspector aún perviven en la cabeza de muchos de los que hoy se
han dado cita en la protesta.
Entre ellos, se encontraba Luis
Miguel Urbán, quien reconoce que ver a 'Billy el Niño' entrar a la
Audiencia Nacional a declarar por sus presuntas torturas es un "sueño hecho realidad".
Urbán conoció a González Pacheco hace 40 años cuando fue detenido por
novena vez por pertenecer a la Liga Comunista Revolucionaria, le
acusaban de asociación ilícita y propaganda ilegal. Su cara nunca se le
olvidó. "Mientras me golpeaba se 'descojonaba' y me decía que no iba a
salir de allí en la vida", recuerda hoy Urbán.
En su memoria ha
quedado grabado para siempre la buhardilla de la Dirección General de
Seguridad, actual sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. "Era una
habitación donde no podías ni ponerte de pie por la altura del techo. Allí me hicieron de todo.
Hubo momentos en los que pensé que 'Billy' tenía razón y que no saldría
de allí. Me desmayé varias veces. De hecho, recuerdo como el médico que
me acompañaba dijo una vez a los tres torturadores que
estaban conmigo que si no tenían cuidado este preso se les iba", señala
Urbán, que recuerda que su máxima obsesión era que no detuvieran a su
mujer. "Llevábamos tres meses casados", afirma.
"Fernando, ¿has aprobado ya el COU?"
Fernando
Navarro también ha decidido esta mañana acudir a la Audiencia Nacional
para ver si podía ver de nuevo la cara de aquel inspector de la Brigada
Político y Social que le torturó. Este hombre, que actualmente tiene 66
años, fue detenido en el Instituto Simancas por participar en una
asamblea de estudiantes. Era el 21 de enero de 1973 y los estudiantes protestaban la suspensión de una convocatoria de exámenes para aprobar COU.
"Antes
de empezar la asamblea llegaron como 20 grises y detuvieron a 18 de
nosotros. Me llevaron a la Dirección General de Seguridad y tras tomarme
declaración Ballesteros, me entregaron a 'Billy el Niño'. Era un hombre
con cara desagradable, greñas en el pelo y pinta de estudiantes 'progre'", recuerda hoy Navarro.
Los
próximos recuerdos de Navarro del ex inspector ya no serían de su
físico. "Me preguntó si estuve en la asamblea, yo lo negué y entonces me dio un puñetazo en la puerta del estómago
y me cogió de los testículos. Después puso mi cabeza encima de un
radiador y comenzó a golpearme por todo el cuerpo. El interrogatorio
duró tres horas y se repitió al día siguiente. Finalmente, salí de allí
con una multa que después me quitaron porque mi presencia en el
instituto estaba justificada", asegura Navarro.
No obstante, esta
no fue la única que vez que Navarro vio a José Antonio González Pacheco.
Unos meses después, cuando se disponía a entrar al metro Santo Domingo
(Madrid) se encontró con una placa de policía en su cara. Era la de
Antonio González. "Fernando, ¿has aprobado ya el COU?", le espetó.
Entonces, fue detenido y llevado de nuevo a la Dirección General de
Seguridad. No obstante, en esta ocasión no sufrió torturas. "Solo
permanecí dos días desnudo en una celda de aislamiento", sentencia.
"Queremos que rinda cuentas ante la Justicia"
Felisa 'Kutxi' Echerroyen explicó a Público
las torturas que recibió de 'Billy el Niño' el día que la Justicia
argentina lo imputó y envió una orden de detención internacional por el
delito de torturas. Entonces, explicó como el 8 de octubre de 1974,
cuando tenían 26 años, cinco policías, entre ellos Billy el Niño,
irrumpieron a golpes en su casa. "Me cogieron de los pelos y me llevaron
hasta la ventana. Me pusieron de espaldas a ella y comenzaron a interrogarme y a golpearme. Pensé que me iban a lanzar", relató a Público. Presa del pánico, Felisa comenzó a gritar pidiendo auxilio. Billy el Niño cogió un pañuelo y se lo metió en la boca a golpes.
"La primera noche fue terrible. La pasé entre golpes, palizas y careos con
otros detenidos. Negué conocer a todos ellos, menos a uno. Era mi
marido", relató Felisa, que señala que el segundo día cayó presa del
pánico y sufrió un ataque de nervios que la dejó completamente rígida.
"Los policías se asustaron porque no me movía y me llevaron al médico.
Gracias a eso, el segundo y el tercer día no me pegaron. Se ocuparon de
mí los policías que hacían de 'buenos'", recuerda.
Hoy, Felisa ha
acudido a la puerta de la Audiencia Nacional para verle la cara a aquel
que la torturó. Quería decirle, como tantos otros, que ella está en la
calle mientras él iba a ser procesado por sus delitos. Pero el
despliegue policial no ha permitido que las víctimas se acerquen a la puerta de la Audiencia Nacional. Aún así, Felisa reconoce encontrarse "emocionada", pero con reservas.
"Nunca
pensé que llegaríamos tan lejos cuando comenzamos la querella
argentina. Es la primera vía que se abre en este país para se juzgue a los torturadores de la dictadura.
Esperamos que el proceso de extradición se cierre en un periodo de
tiempo más o menos corto y que pueda actuar la Justicia", asegura
Felisa, que señala que su intención no es encarcelar a Pacheco sino que,
simplemente, rinda cuentas ante la Justicia como cualquier otro
ciudadano.
La tortura no es exclusiva de Pacheco
En
la manifestación de este jueves de las víctimas de la dictadura se
encontraba también el histórico dirigente del PCE Victor Díaz Cardiel.
Este hombre conoció en la Dirección General de Seguridad a 'Billy el
Niño' aunque jamás fue interrogado por él. "Lo vi porque por aquel
entonces se pasaban a conocer a los detenidos que ellos consideraban que tenían una cierta importancia", relata Díaz, que recuerda para Público sus estancias en la buhardilla de la DGS.
"Me acuerdo que lo primero que hicieron fue quitarme la correa y los cordones de los zapatos para que no me ahorcara.
Después cuando comenzaban los interrogatorios me vapulearon ente seis y
ocho agentes hasta que perdí el conocimiento. Me pusieron las esposas y
me hicieron andar de rodillas. Por eso, no tenía ningún miedo a que me
tocara 'Billy el Niño' porque todos eran igual de animales que él",
asegura Díaz Cardiel, que fue detenido en 1965, 1973 y en 1976.
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